El riesgo de no ariesgarnos
Nuestra sociedad intenta protegernos de todo y esto es lo pero que nos puede pasar
¡Feliz domingo!
Yo no tenía pensado escribir nada. Los creadores de contenido también nos merecemos vacaciones 😎
Pero estos días ha sucedido algo que me ha removido enormemente y quería compartirlo contigo, para abrir una conversación sobre un tema que considero fundamental:
Los riesgos de la sobreprotección de nuestros hijos e hijas.
Si conoces mi historia personal sabrás que el excursionismo es una parte fundamental de mi identidad. Una faceta que seguramente no conoces es que, durante 7 años, fui monitor de una escuela de excursionismo.
Justamente esta semana un grupo de la escuela de la que formaba parte ha salido en las noticias por un polémico rescate de montaña:
Lo que ocurrió fue que un grupo de jóvenes y niños, después de coronar el Mulhacén, se dirigían hacia el Refugio de Carihuela cuando las condiciones empeoraron. ç
Los monitores, valorando que quedaban 2 km por recorrer con nieve cada vez más dura, viento fuerte y temperaturas en descenso, decidieron llamar al 112 antes de que la situación se volviera peligrosa.
Mientras esperaban el rescate montaron un refugio improvisado con sacos, mantas térmicas y materiales disponibles.
Luego llegó el helicóptero que los evacuó a todos sin incidentes.
Hasta aquí la cosa podría quedar como una aventura divertida que los niños contarán toda su vida.
El gran problema surge cuando, como pasa cada vez que ocurre un evento como este, se despierta el debate sobre si los jóvenes deberían ir a la montaña sin guías profesionales.
A mí esto me hace rechinar los dientes. Para empezar, tengo que confesar que yo también fui monitor durante 7 años sin título específico de montañismo, aunque contaba con mucha experiencia.
Pero para mí el gran debate está en la sobreprotección que estamos imponiendo a nuestros jóvenes y niños.
Existe abundante evidencia científica que muestra que los niños sobreprotegidos se convierten en adultos frágiles, incapaces de gestionar las dificultades del mundo.
👉🏼 La sobreprotección genera vulnerabilidad psicológica y menor capacidad para afrontar situaciones adversas más adelante.
Pero también están las implicaciones secundarias que tiene la sobrerregulación de todo.
Si los jóvenes no pueden ser monitores de grupos de montaña, boy scouts o grupos juveniles por no tener titulación, lo que conseguiremos es que esta parte esencial de nuestro tejido social desaparezca y, con ella, también la increíble formación humana que representa para un joven estar a cargo de un grupo de niños.
👉🏼 La vida siempre tiene riesgos, y aspirar a un riesgo cero conlleva el gran peligro de crear gente frágil.
Te lo explico con otro ejemplo diferente.
Mi hijo de 10 años va solo a la escuela desde que tenía 8.
Al principio me encontré con una gran resistencia a que fuera así, a pesar de que vivimos a siete minutos de la escuela en un barrio muy bueno y por calles esencialmente peatonales.
¿Por qué esta resistencia?
Porque hoy en día no se estila que los niños vayan solos. Queremos protegernos de cualquier riesgo, incluso de ese hipotético peligro que nunca ha sucedido, pero que, si sucediera, sería terrible.
Entiendo esta necesidad de proteger a nuestros pequeños, pero debemos contraponerla al riesgo que esto mismo supone.
Lo vuelvo a repetir porque es crucial: sobreproteger a nuestros hijos les hace daño.
Una parte importante de nuestra labor como padres y adultos es crear espacios para que los niños puedan explorar la vida por sí mismos.
Solo así se transformarán en adultos fuertes, resilientes y capaces de superar las dificultades que la vida presenta.
Este es un tema que voy a tratar más a partir de ahora.
Pondré la paternidad y todo lo que implica un poco más al centro de esta newsletter. Es un tema que me interesa mucho y creo que probablemente a ti también, ya que sé que gran parte de mi audiencia se parece un poquito a mí.
Y ahora, me gustaría conocer tu opinión:
¿Crees que estamos sobreprotegiendo demasiado a nuestros hijos o que necesitamos más regulación para garantizar su seguridad?
¿Has tenido experiencias personales donde ceder autonomía a tus hijos o a niños a tu cargo haya resultado beneficioso?
¿O quizás momentos donde hayas sentido que faltaban medidas de seguridad?
Deja un comentario y podemos abrir una conversación enriquecedora sobre este tema:
Te deseo que pases un final de Semana Santa maravilloso y, por cierto, si no lo has visto, te recomiendo que escuches el podcast que publiqué el viernes pasado.
Es un ejemplo de salir de mi zona de confort y hablar con gente que tiene opiniones muy distintas a las mías.
¿La Nutrición es PSEUDOCIENCIA? Gonzalo Quesada Desmonta los Mayores Mitos sobre Proteínas (y mucho más)
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Un fuerte abrazo, Oriol
Muy de acuerdo con la reflexión, la verdad.
Hace tiempo que reivindico recuperar la calle para nuestros hijos. Los tenemos secuestrados en casa y con las actividades extraescolares. Yo con 4 años iba sola al colegio en un pueblo de 600 habitantes, entraba y salía de casa sin dar explicaciones, corríamos riesgos, nos peleábamos y resolviamos nuestros problemas. Si alguna vez algún adulto tenía que intervenir y no tenía por qué ser de tu familia. Alucino cuando veo a los padres en el mismo pueblo, que ahora los acompañan en coche. Acompañar a los niños a los columpios, un día vale, pero cada día me parece innecesario.A mi no me quedó más remedio que dar confianza a mis hijos, al quedarme viuda cuando tenían 15 y 12 años, posiblemente he sido una madre más ausente, pero ellos se han matriculado solos en la universidad, han buscado solos sus alojamientos, son monitores de colonias,buscan solos sus trabajos etc. Yo siempre he estado ahí, vigilante. Y por los resultados, creo que no ha ido nada mal.